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Periódico La Nueva Crónica de León

LEÓN Y LA FRONTERA PORTUGUESA

Hace unos días se celebró la reunión de los Consejos Raianos. Es un grupo de trabajo entre ayuntamientos portugueses y españoles cercanos a la frontera. El fin es impulsar las relaciones entre ambos lados de la línea para impulsar el desarrollo. La convocatoria tuvo lugar en La Bañeza, con la colaboración plena de su equipo municipal.

Entre los asistentes destacó la Secretaria de Estado de Desarrollo Regional de Portugal. La contraparte española fue de menor rango, rompiendo reglas elementales de protocolo: el Director General de Acción Exterior de la Junta de Castilla y León. Lo lógico es que hubiese acudido un representante del Gobierno Central, o bien un consejero autonómico, o ambos, como parte implicada, pero en los dos casos declinaron la invitación. Demuestra el escaso interés que ponen en resolver problemas transfronterizos en el espacio de la Región Leonesa.

La frontera luso-leonesa es la que menor desarrollo y actividad muestra de cuantas hay en la Península Ibérica. En Extremadura, Andalucía y Galicia la cooperación en la raya es intensa. La Junta de Castilla y León no ha impulsado la cooperación transfronteriza, llegando a trasladar parte de los fondos europeos Interreg, destinados a potenciarla, a Valladolid, que carece de frontera alguna. La Región Leonesa se utiliza como reclamo para captar fondos europeos, que luego se invierten en Castilla, con el pretexto de estar en la misma autonomía; un fraude de ley a medida de la región castellana, para la que la integración transfronteriza no es un vector estratégico.

En la sesión técnica se corroboró esta falta de compromiso de la Junta de Castilla y León, que ya se puso de manifiesto en la sesión política previa. Los expertos coincidieron en la necesidad de la Autovía León-Braganza para impulsar el desarrollo en esta zona, al igual que la autovía que cruza por Tuy (Pontevedra), la de Verín (Orense), la de Vilar Formoso (frente a Salamanca), la de Badajoz o la de Ayamonte (Huelva) cumplen ese papel. Es tal su importancia que el gobierno portugués acometerá la comunicación entre Braganza y la frontera a la altura de Puebla de Sanabria, pese a los continuos incumplimientos de la Junta de Castilla y León por el otro lado.

Los consejeros de fomento han postergado esta carretera vital. Silván lo fue entre 2003 y 2015, y bloqueó el proyecto. Fue sucedido por Suárez Quiñones hasta 2022, quien prolongó el boicot. En casi 20 años no se pudo desarrollar el área transfronteriza, núcleo del noroeste peninsular, por la acción deliberada de ambos. Los daños al crecimiento económico del noroeste ibérico han inducido el desvanecimiento de sus ejes.

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